ADA LOVELACE (1815-1852)

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La corta vida de Ada Lovelace transcurrió en la primera mitad del siglo XIX, bajo el influjo de las ideas clásicas de la sociedad victoriana muy arraigadas en la alta clase social a la que pertenecía, pero impregnado al tiempo del ideal romántico que hombres como su padre llevaron a cabo hasta las ultimas consecuencias. Este hecho privó a Ada, tal vez, del disfrute de los momentos más apasionantes del siglo.

El saber científico ya no era una referencia de prestigio social sino la manera de no quedarse al margen del progreso, auténtica fuente de riqueza y, por ende, de poder.

Esta actitud tan abierta hacia la formación científica hizo posible que las mujeres de elevada posición social pudieran dedicarse al estudio, consiguiendo gran notoriedad y siendo reconocidas por sus contemporáneos.

Las mujeres estaban aún lejos de conseguir un trato igualitario. Sin embargo, comenzaban a convivir con el progreso desde un protagonismo nuevo. Las obreras de las fábricas percibían a diario la desigualdad salarial.

En este clima todavía incipiente de cambio, de confusión y de esperanza, nace Ada Lovelace. Su vida está marcada por dos factores: la personalidad estricta y puritana de su madre y el ambiente culto y refinado del que formó parte. Ada vivió prácticamente  toda la vida condicionada por los dictados de su madre, Ana Isabel Milbanke, cuyo matrimonio con Lord Byron apenas duró un año, se separaron al mes del nacimiento de Ada, apenas conoció a su hija pero le dedicaba bellos poemas, y al parecer sus últimas palabras fueron para ella.

Lady Byron , a quién su fugaz marido llamó "su princesa del paralelogramo", era una mujer con notable formación en matemáticas y astronomía. Esto posibilitó que Ada fuera educada en esas disciplinas por los mejores tutores conocidos de Londres. Desde la infancia manifestó una salud precaria. Sus piernas se quedaron paralizadas durante varios años, pero con su fuerza consiguió vencer la enfermedad, hasta el punto de convertirse en una espléndida amazona.

Con 17 años conoció a Charles Babbage, y tanto ella como su madre quedaron impresionadas por su Máquina de diferencias finitas, que deseaba generalizar en una máquina analítica o computadora general.

Años más tarde se caso con el Honorable William King. Era un hombre amable pero débil, de menor nivel intelectual que ella, el sucesivo nacimiento de sus tres hijos impidió a Ada seguir con sus estudios. A los tres meses de tener a su tercer hijo decidió restablecer el contacto con Babbage, rogándole que le proporcionara un profesor con quien aprender matemáticas. Poco después enfermó y, siguiendo la práctica médica habitual, se le realizaron sangrías y se le suministró morfina y opio. No llegó a reponerse y se le detectó un cáncer en estado avanzado que le producía tremendos dolores, la madre de Ada ordenó suministrarle mesmerismos en lugar de opiáceos.

Ada murió a la edad de 36 años. Babbage continuó intentado la construcción de su máquina analítica pero desistió del proyecto tras numerosos fallos. Ambos fueron olvidados casi completamente hasta que los ordenadores fueron reinventados durante la segunda guerra mundial.

BIBLIOGRAFÍA: libro: Ada Lovelace, matemáticas en las matemáticas. Ed Sur Foto: www-histori.mcs..st-andrews.ac.uk/history/Matemáticians/Germain.htm                                                

AUTORA: Mónica Saínz Herrero

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